El Agua
El agua hace de vehículo y transporte de todos los productos que en ella se encuentran: nutrientes y residuos.
Todos los órganos del cuerpo necesitan del agua para su funcionamiento, pues es en el agua donde tiene lugar todos los cambios químicos.
El agua es más importante para la vida que el alimento sólido; podemos vivir varias semanas sin comer , pero sólo unos días sin agua.
Es un componente esencial de la sangre, linfa, secreciones corporales (líquido extracelular ) y células del cuerpo (líquido intracelular).
Corresponde al 60% del peso del hombre y el 54% del peso de la mujer.
Normalmente el cuerpo pierde agua por cuatro vías : por la piel, por los pulmones como vapor de agua, por estas vías se pierden 800ml, por los riñones aproximadamente 1.000 a 1.500ml y por los intestinos en las heces unos 200ml, aunque puede ser mucho más en caso de diarrea.
Conviene ingerir de 4-6 tazas (1-1 ½ litros) de agua o de otros líquidos al día, como infusiones , sopas o caldos, para garantizar la correcta marcha de las funciones orgánicas. Son muchos los alimentos con un elevado contenido hídrico con lo cual las necesidades de agua disminuyen.
Un indicador del agua que necesitamos es la sed, aunque una persona que tome una alimentación rica en cereales, legumbres, verduras, frutas, caldos y pobre en alimento animal y poca sal o condimentos salados, tendrá menos sed o necesidad de agua.
Hay un dicho popular que dice que hay que beber 2 litros o incluso más de agua, pero es importante saber que un exceso de agua puede debilitar nuestros riñones. Vivimos en un momento donde el consumo de producto animal es elevado, los alimentos están muy condimentados, muy salados… esto de por sí hace trabajar mucho al riñón, debilitándolo, si aumentamos el líquido para compensar, debilitamos aún más los riñones y es muy frecuente ver esta disfunción en los pacientes. Como además, los riñones son, según la Medicina Tradicional China, donde se encuentra nuestra energía vital; si los riñones están debilitados nuestra energía vital estará debilitada, por lo que es muy importante mantenerlos fuertes y saludables. Así pues, lo que es de sentido común, es disminuir dichos alimentos salados en lugar de aumentar en exceso el líquido.
Hay ocasiones donde necesitamos agua pero no tenemos sed, esto ocurre cuando tenemos frío interno o si hay un exceso de humedad en los órganos internos, como ocurre si hay obesidad, enfermedades reumáticas, alteraciones digestivas, intestinales o respiratorias o hay alergias.
Por ello es recomendable en esta estación, aumentar las verduras y alimentos de origen vegetal y disminuir los de origen animal, además de lógicamente asegurarnos un buen aporte de líquidos.
(Por ello deberíamos beber suficientemente, entre 2 y 3 litros de agua al día para evitar las orinas concentradas y con ellas la posibilidad de la formación de cálculos renales, seguir una dieta rica sobretodo en verduras y disminuir el consumo de calcio y de sal).
Otro de los problemas que nos encontramos en nuestra consulta en el Verano son los transtornos digestivos. Personas que vienen con problemas de gases, digestiones que no se terminan nunca, reflujos de comida. Venimos de una estación en la cual aún estamos comiendo platos cocinados como la abuela, pero saludables, más calientes, sin apenas comer productos crudos y pasamos al verano en el que muchas personas empiezan a comer sin medida fruta, ensaladas, bebidas frías y gaseosas al tiempo que aún siguen con los hábitos de una alimentación aún mas caliente. Y el cuerpo reacciona como si de un choque de trenes se tratara y empiezan estos transtornos.
Con las personas que vienen a consultar sobre este tipo de problemas, intento realizar un trabajo de enseñanza para que conozcan que és lo que deben comer y el por qué, para que de este modo puedan utilizar la alimentación como una herramienta más de salud.
En estos casos hay que disminuir la cantidad de alimentos crudos, solanáceas (tomate, pimiento, berenjena y patata) y de fruta, sobre todo hay que consumir la de la estación y siempre sola, nunca después de las comidas, pues fermentan e impiden la absorción del resto de alimentos. Evitar también el pan y alimentos fermentados con levadura artificial y no beber agua fría durante las comidas, si se necesita, es mejor tomar infusiones o caldo de verduras.
